1 Atención excelente
2 Desayuno delicioso
3 Entorno natural bello

1 Poca opción de transporte

un lugar acogedor con encanto

La vista al volcán es espectacular, especialmente al amanecer. El desayuno incluye productos locales, una verdadera delicia. Además, la limpieza es impecable y se nota el cuidado en los detalles.

La movilidad puede ser un desafío si no tienes vehículo propio.

Desayuno delicioso con vistas increíbles

El entorno de Hostal Zapato Amarillo es un verdadero paraíso. Despertar con el aroma del pan casero y disfrutar de un desayuno lleno de delicias locales mientras observas el volcán Osorno es una experiencia mágica. Los anfitriones, Armin y Nadia, son cálidos y siempre dispuestos a atender cualquier pedido con una sonrisa.

En cuanto a la movilidad, es recomendable tener un vehículo propio, ya que el transporte público es limitado. Esto puede ser un inconveniente si quieres explorar la zona sin depender de taxis.

La limpieza del hostal es de categoría, algo que realmente se aprecia al llegar.

La falta de opciones de transporte público y la necesidad de considerar el arriendo de automóviles es un inconveniente para quienes no cuentan con vehículo.

El lugar es hermoso con un jardín precioso y vistas al volcán. Disfruté del ambiente acogedor y tranquilo.

me sentí seguro, no me puedo quejar

el hostal tiene habitaciones que, aunque con baño privado, les falta ese toque de lujo que uno espera, además, el personal no me ofreció un trato especial, como cualquier huésped merece. casi escribo una buena crítica pero simplemente no pude, 3 días de ‘vacaciones’ que no se sintieron como tales.

Me encantaría quedarme más, todo fue excelente.

Todo impecable, se cumple con lo esperado. La construcción de paja mantiene el calor y el entorno natural ofrece vistas espectaculares.

Un lugar ideal para descansar

Pasamos tres noches maravillosas rodeados de un entorno natural impresionante. El desayuno era fresco y delicioso, incluyendo productos locales. Aprovechamos los jardines para relajarnos y tomar fotos. Recomendamos explorar los senderos cercanos para disfrutar de la belleza del paisaje. ¡Una experiencia invaluable!

Qué delicia de lugar! En Hostal Zapato Amarillo, me sumergí en el sabor auténtico de Puerto Octay. Las carnes a la parrilla que disfruté fueron de otro mundo, como un asado en casa de un amigo. Y no puedo dejar de mencionar el desayuno, fresco y con productos locales, verdaderamente memorable. El ambiente tranquilo y acogedor, sumado a la atención cálida de los anfitriones, te hace sentir como en familia. Aparte, la vista al volcán es de esas que te deja sin aliento.

Aunque me costó un poquito encontrar opciones de transporte al salir, nada le quita el brillo a esta joya. Encima, no me puedo quejar, porque todo lo demás estuvo espectacular. La tranquilidad del lugar y el cariño con el que se están las cosas hacen que valga más que cualquier inconveniente de movilidad.

La limpieza es impecable, destacando el cuidado en los detalles como el genkan para dejar los zapatos. La vista desde el lugar es espectacular, especialmente al amanecer con el volcán de fondo. Sin embargo, la falta de opciones de transporte público complica un poco la movilidad, y sería ideal contar con automóviles en arriendo para los que no disponen de vehículo propio. La experiencia gastronómica, sobre todo las pizzas gourmet, es realmente memorable.

Lugar precioso, tranquilidad total. Desayuno casero delicioso y abundante. Armin y Nadia, unosas chidos, siempre dispuestos a ayudar. Vista de ensueño al volcán. Perfecto para desconectar de la rutina, no te lo pierdas.

Por cierto, las moscas volando por el desayuno eran como los paparazzi de la comida, un poco incómodas.